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Millennial, casos de la vida real: la tecnología vs el compromiso

  • Christian Malibrán Ayala
  • 11 may 2016
  • 3 Min. de lectura

Qué tal, soy Christian y #soysola. Con esta columna intentaré narrar de manera divertida algunas de las situaciones en las que, gracias a esta soltería perpetua, me he encontrado y la forma “graciosa” en que intento encontrar el amor en el formato más millennial posible: mediante apps. Espero te identifique y principalmente, te divierta.

¿Qué es lo que tanto nos aterra del amor? ¿El compromiso? ¿El depender grande, mediana o de alguna manera de otro ser humano? ¿Por qué se ha vuelto tan complicado encontrar una pareja estable por más de 6 meses?

Son estos cuestionamientos con los que concluí una conversación sobre el amor, la soltería y los encuentros fugaces (a.k.a. #sexuales) que existen entre los humanos y que algunos heterosexuales guadalupanos lo acotan propiamente al ambiente homosexual.

Cuando intenté buscar a la persona correcta para entablar una relación amorosa, ya saben el término #LTR (long-term relationship), me encontré con que el compromiso de querer a alguien, si es que se llega a ese nivel, o de compartir experiencias más de 1 mes con otro ser al que podríamos llamar “amado”, era lo que traía cierta incomodidad (calificándolo apropiadamente) a alguna de las partes involucradas.

Entonces medité un poco y sólo podía pensar en que nadie quiere comprometerse, conclusión a la que llegué juzgando por el comportamiento de las personas con las que he salido a citas o he intentado una relación o algo (#LOL). Si no es un trauma con algún ex novio (me pasa TODO el tiempo), un conflicto de roles, un tema de poder, incluso hasta de dinero o cualquier otro pretexto tonto, terminan por dejarte de escribir o llamar, si bien te va, gran señal de que han perdido el interés o han conocido a alguien más, siendo fatalistas (#hesnotthatintoyou).

Muchas veces me he encontrado con que tenemos buena química, sientes ese je ne sais quoi a la hora del beso, cosquilleo en el estómago cuando se abrazan, dormir abrazados (#beenthere and #regretit), llegan a compartir gustos en música, películas y arte; y aún así deciden desaparecer, no hablarte más, les encanta hacerse los interesantes (#putostodos).

¿Por qué? Durante esta conversación, un punto altamente relevante era que con el surgimiento de las aplicaciones, las cosas se han vuelto mucho más directas: es un sí o un no, un match o unmatch, una descripción de todo lo que crees que eres intentando parecer el mejor partido o te limitas a “tu rol, con/sin lugar”.

Entiendo que la tecnología es gran aliada para solucionarnos la vida en muchos sentidos, pero nos la ha complicado en el tema amoroso, al menos hablo por mí y amigos que conozco que también se han visto afectados (#LoveExMachina). Por ello, estas últimas semanas me he limitado a no escribirle a nadie, depurar mis contactos que tenían la letra “T” o “G” como apellidos, aludiendo a la aplicación donde los conocí. Esta desintoxicación de carácter voluntario, y hasta cierto nivel obligatorio, me ha llevado a elevar mis estándares de cualidades que pretendo tenga mi siguiente pareja, me ha vuelto más exigente de con quién decido salir.

Después de platicarle estos nuevos estatutos a un muy buen amigo, reflexioné en que mientras menos comunicación tengas con posibles “parejas”, más estarán presentes en tu vida, parece que se esfuerzan. Llegué al punto en donde no comprendo nada de la vida amorosa, si es que alguna vez la entendí (#not). ¿Será que mientras más aversión tengas hacia el amor, más estarán asomándose estos dichosos “prospectos”? ¿Por qué las aplicaciones nos joden para interactuar en la vida real? ¿Tendré que resignarme (más) a la soltería? ¿El compromiso y la tecnología son amigas? #parareflexionar

Las respuestas a estos cuestionamientos los desconozco, sólo puedo inferir que la mayoría de las personas que vivimos en este siglo XXI, año 2016, (específicamente la gente con la que salgo) estamos enfermas mentalmente, la tecnología ha atrofiado nuestro cerebro y también nuestros corazones (por más #gay que suene).

¿En este año todavía nos creemos capaces de poder comprometernos verdaderamente con alguien en el plano amoroso? ¿Eso es lo que queremos? Respira profundo, medita un poco y respóndete en la mente .


 
 
 

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